viernes, 6 de abril de 2012

Sindicalismo y Kirchnerismo

La interna en la Confederación  General del Trabajo (CGT) va tomando forma a medida que se acercan las elecciones de 12 de Julio próximo. Una interna, como tantas, por tener el poder de la central más grande que nuclea a los trabajadores en la Argentina. Moyano y el distanciamiento con el gobierno por un lado, por el otro, el grupo de los denominados gremios “gordos” y algunos aliados además de los Duhaldistas Barrionevo y Venegas prometen dar una pelea virulenta con escalada mediática.
Desde hace unos meses a esta fecha la relación del camionero Hugo Moyano, titular de la CGT  con el gobierno nacional entro en una etapa de tensión lo que llevo a reacomodar el tablero del sindicalismo en la Argentina, actor preponderante en el kirchnerismo, por en ende en el Peronismo y en la vida política nacional.
Ante el distanciamiento con el oficialismo, que tuvo su punto más alto el 15 de Diciembre pasado en el Club Huracán, donde  Moyano dio una muestra de fuerza dejando frases como "No tengo vocación de bufón", a lo que sumo “hoy cualquiera es oficialista con el 54%”.
Ante ese escenario no solo figuras del gabinete nacional salieron a responder en diferentes medios las declaraciones de Hugo Moyano, en donde reclama los fondos adeudados a las obras sociales sindicales, el reparto de ganancias con las empresas y una actualización del mínimo no imponible además de marcar un claro contra punto  con la gestión de Cristina Kirchner al tener declaraciones  picantes.
En ese contexto, una de las alternativas al Moyanismo es el metalúrgico Antonio Caló, titular de la Unión de Obreros Metalúrgicos (UOM) el cual, según trascendidos, seria visto con buenos ojos por la administración nacional para manejar la central obrera en lugar de Moyano. Ante esa posibilidad se fueron tejiendo diferentes alianzas y los voceros de los diferentes sectores no tardaron en dar a conocer sus posturas a favor y en contra de los postulantes y del cual los medios y el sector empresarial no se mantuvo al margen de las discusiones.
Lo cierto es que pase lo que pase después del 12 de julio está en juego el futuro de la representación obrera, dato no menor. Sector clave en la política Kirchnerista desde sus inicios. Actor protagonista en la vida política, quien a pesar de las tensiones supo ser un factor preponderante en las políticas oficiales de distribución del ingreso, recuperación de los salarios, paritarias entre otros. Tanto Caló, Moyano o cualquier otro sindicalista que puje por la conducción gremial deberá tener una conducción razonable defendiendo el futuro y los intereses de los trabajadores despojándose de reclamos corporativos que no favorecen a la totalidad de la masa obrera poniendo en peligro los triunfos obtenidos en esta etapa política argentina.
Mejores condiciones de laborales, trabajo registrado, reivindicaciones salariales y mejor calidad de vida son reclamos genuinos que se deberá atender en un contexto de grave crisis internacional. El Gobierno Nacional, el sindicalismo y las fuerzas políticas deberán tener un trato especial sobre bases obreras ante un nuevo escenario que se deparara luego del 12 de julio tras elecciones.



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